En un acto absolutamente ilegítimo, propio de un gobierno agotado y sin nada que perder; es nuevamente fogoneado el proyecto minero portuario Dominga.
En medio del preocupante informe sobre el cambio climático mundial, la aprobación no es más que un contrasentido, sobre todo si se toma en cuenta que en dicho informe mundial, Chile destaca por la ocurrencia de fenómenos climáticos, como bajas precipitaciones, falta de nevazones, sequías, aumento de incendios forestales, que se manifiestan hace más de 10 años, y empeoran día a día, pese a la advertencia de expertos.
Esta vez, es el COEVA convocado por el delegado presidencial Pablo Herman, quien lo aprueba por 11 votos contra 1; accion que carece de toda representatividad ya que fue excluida del proceso, la máxima autoridad electa del Gobierno Regional Krist Naranjo; ni se han tenido en cuenta diversos informes técnicos, como el de Conaf que señala que este proyecto minero tiene una contaminación que produce un daño irreversible a los ecosistemas marinos y el borde costero, a la reserva marina Pingüino de Humboldt.
Con esto, Piñera, nuevamente pone en jaque la ya débil institucionalidad medioambiental vigente y demuestra que el Estado es pensado como una oficina más, de sus empresas e intereses.
Sin embargo y a pesar de la parafernaria, de los mercaderes de la política, el gobierno juega con fuego y sabe que el proyecto no tiene piso “ambiental”, ni “social” por lo que apenas dejen de ser gobierno, Dominga dejará de ser una amenaza, para la ya sacrificada Región de Coquimbo.